volviendo a la realidad
Bueno, después del poemón de aquí abajo, volvamos a la dura realidad: publico ahora poemas sueltos para matar el tiempo. Al que le gusta, le gusta y al que no, arrime a su lado una bolsita o algo para no ensuciar el teclado.
Paisaje
El paisaje más bello del mundo está ante mis ojos.
La noche está desierta,
la estación fría
y las nubes de nada están cayendo
sobre mis párpados, algo cansados.
Las estrellas, cual gotas de leche
manchan el fino abrigo negro de la noche
a propósito, como si
a propósito estuviesen las piedras del camino
aguardando mis pisadas.
Los árboles, si bien no recuerdo,
no están donde los dejé en mi infancia.
Huyen, verdes y más leñosos hacia el cielo infinito
al tiempo que sus flores se hunden en la nariz de una mujer por San Valentín.
El rocío, capa dulce,
cae... cae
¿Quién tendrá la delicadeza de tomar cada una de sus gotas
y formar con ellas un elixir delicado?
(Sin Título)
Puedo sentirte, como un riachuelo invernal
moviendo tus aguas, haciendo chocar tus guijarros.
Al escucharte, te busco
saltando las rocas, ya pulidas; asomando mis ojos,
buscando un séptimo sentido
como si fuese a acabarse el mundo,
como si no fuesen
a acabar nunca mis pesadillas.
Entonces, como una broma,
dudo, tropiezo, resbalo
y termino azotándome el alma contra tus piedras.
Ese es el momento preciso para sentarme y pensar:
"Qué suerte el haberte conocido".
No me importa tener sangre en mi rostro,
no importan las huellas del camino
porque, más temprano que tarde,
lavaré para siempre mis heridas en tus aguas.
Azul Oscuro
Estoy vestido de azul oscuro
en esta tierra, verde de molles, brillante de rocío matinal.
El aire circunda frío, por mi cabeza
el brillo de tus ojos, tibio por mi recuerdo.
Porque ésta eres tú, como
una hoja perdida en el otoño;
como un punto ignorado entre las olas:
sólo yo puedo apreciar tu belleza durante
el único segundo de la eternidad en que te mostrarás.
Tú, siempre
pareciendo naufragar entre estas montañas,
buscando inocencias perdidas;
intentando, un crepúsculo de invierno,
posarte como una mariposa sobre mi mano izquierda
Canción
Me desarmó la vida
triste, fina, colosal
como si no fuese más que suerte
verme hecho estatua de sal.
Como si no hubiese habido nunca otra historia
que ocupase en mi cabeza mi memoria,
como un beso, una herida hecha por azar
como si quedara de receta irse a algún lugar.
Como si este cancionero sólo en ti estuviera pensado
como un cancerbero que a la Muerte hubiese olvidado
como la verdad, que se vende como medicina
como la hermandad de los que observan a la vecina.
Como si fuese un libro abierto el futuro
como si viese pornografía en el cuarto oscuro
como mi infancia, cuando todo era más claro
como mis ansias, de no sentirme raro.
Comentarios