Generación nada

No sólo son jóvenes rebeldes sin causa. Son miles de personas de distintas edades que deambulan día tras día por entre la sociedad, con un discurso más que rupturista, casi revolucionario.

Para ellos, hay dos opciones en la vida: sobrevivir o morir. El resto –la poesía, la cultura, el valor del pensamiento, el crepúsculo y las otras cosmovisiones- son cosas que se pueden ver en una feria costumbrista o en un museo.

No creen realmente en valores como la solidaridad, el amor, la fe o la lealtad. Sólo dirán que creen en ellos para que no se les considere “extraños”. ¿compartir lo que les ha costado tanto ganar con su propio esfuerzo?, ellos, los sobrevivientes de un mundo que les niega todo, las pobres víctimas de un sistema que dicen odiar, pero que aceptan y adoran al punto que no pueden imaginarse en otro.



Porque doblepiensan: odian el sistema, pero lo defienden con su vida de quienes lo boicoteamos día tras día. Para ellos, la rabia es un esfuerzo individual, efímero y sin sentido. Sólo la colilla de sueldo tiene sentido. Sólo el gramo de cocaína tiene sentido.

Hablan mal de todos, pero son incapaces de ver sus actitudes: fatalistas, decepcionantes, contradictorias… y sin sentido alguno de valores como la dignidad, la ética y la responsabilidad.

Ellos son la generación nada. No les interesa quién gobierne, ni qué tipo de país viven o vivirán. Ellos sólo se preocupan de las pequeñas cosas, las que serán olvidadas un día no muy lejano.

No entienden que el “desarrollo” no es comprar netbooks más baratos, ni llenarse con regalos bonitos en navidad. No entienden que no sólo no tener dinero es ser pobre, que también no tener cultura es ser pobre, que no tener amor es ser pobre, que no tener capacidad de tolerar es ser pobre, que no tener ganas de reír es ser muy pobre.

No creen que vivir no es sólo resignarse y marchar hacia el trabajo por 8 horas diarias. No creen que nosotros, los de abajo, somos capaces de organizarnos y solucionar nuestros propios problemas. No creen que saludar y pedir las cosas por favor y dar las gracias no sean una forma de hacer la revolución.

Ellos, si tienen la oportunidad, saquearán casas y tiendas, sólo para llevarse cosas “valiosas”. Porque para ellos es más valioso un plasma que un litro de leche. Y lo hacen porque es su cultura. Para ellos, la ocasión hace al ladrón, y además, el fin justifica los medios.

No caigas en su juego. Ellos no tienen la razón.

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