feliz día, mujer!
(fragmento de una entrevista a Pamela Jiles, ex-opinadora de farándula y actual pre-candidata presidencial. Diario "El Ciudadano, Febrero 2009)
¿Qué opinión tienes de la lucha por los derechos sexuales de las lesbianas?
- Las lesbianas en particular son la raja, tienen un trabajo de base que avanza a paso seguro, y también elaboran pensamiento con un alto estándar de creatividad. Hablan para la gente real, la que circula por la calle. Esa es una experiencia muy valiosa para el conjunto del movimiento popular. Ellas alimentan la subversión con su apertura de mate. Son entretenidas, divertidas e intelectualmente valiosas.
¿Cómo crees que ha tratado la Concertación el problema de la discriminación hacia la mujer?
- Bueno, me parece evidente que lo han hecho como las güevas, imposible peor desde el punto de vista de un revolucionario. Pero desde la perspectiva de ellos –los del otro lado- lo han hecho espléndido, porque no hay que olvidar ni por un minuto que la Concertación es un conglomerado político de centro-derecha, cuyo objetivo es perpetuar en el poder -con herramientas civilizadas- a los sectores más retardatarios: el empresariado y la clase dominante. Entonces, muy consecuentes con su ideario, ellos producen una confusión entre ser mujer y tener vagina, que en realidad no es lo mismo.
¿Cuál es la diferencia?
- Michelle Bachelet, por ejemplo, supongo que tiene vagina (según los antecedentes públicos), pero desde el punto de vista político no es mujer. Ella se identifica, representa y encarna al poder establecido, que es blanco, oligárquico, católico y masculino. En contraposición a La Revolución, que es mujer, es decir: mestiza, proletaria, pagana y femenina. El tema de género es clave en los días que corren, por eso creo que nuestros dirigentes más visibles deben ser mujeres sin cara de orto, bellísimas y estupendas. Hay miles, pero no están en las sedes de los partidos ni en las reuniones de comité central.
¿Qué opinión tienes de la lucha por los derechos sexuales de las lesbianas?
- Las lesbianas en particular son la raja, tienen un trabajo de base que avanza a paso seguro, y también elaboran pensamiento con un alto estándar de creatividad. Hablan para la gente real, la que circula por la calle. Esa es una experiencia muy valiosa para el conjunto del movimiento popular. Ellas alimentan la subversión con su apertura de mate. Son entretenidas, divertidas e intelectualmente valiosas.
¿Cómo crees que ha tratado la Concertación el problema de la discriminación hacia la mujer?
- Bueno, me parece evidente que lo han hecho como las güevas, imposible peor desde el punto de vista de un revolucionario. Pero desde la perspectiva de ellos –los del otro lado- lo han hecho espléndido, porque no hay que olvidar ni por un minuto que la Concertación es un conglomerado político de centro-derecha, cuyo objetivo es perpetuar en el poder -con herramientas civilizadas- a los sectores más retardatarios: el empresariado y la clase dominante. Entonces, muy consecuentes con su ideario, ellos producen una confusión entre ser mujer y tener vagina, que en realidad no es lo mismo.
¿Cuál es la diferencia?
- Michelle Bachelet, por ejemplo, supongo que tiene vagina (según los antecedentes públicos), pero desde el punto de vista político no es mujer. Ella se identifica, representa y encarna al poder establecido, que es blanco, oligárquico, católico y masculino. En contraposición a La Revolución, que es mujer, es decir: mestiza, proletaria, pagana y femenina. El tema de género es clave en los días que corren, por eso creo que nuestros dirigentes más visibles deben ser mujeres sin cara de orto, bellísimas y estupendas. Hay miles, pero no están en las sedes de los partidos ni en las reuniones de comité central.
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