Operación Pato

Hasta ahora, he seguido una tradición casi inquebrantada, la cual es no meterme en temas de actualidad, para tal vez hacerme el tonto, o tal vez para ver las cosas sin el elemento de inmediatez.

Hasta ahora.

La muerte de Rodrigo Cisternas -el trabajador forestal muerto por Carabineros- me parece realmente la gota que debería rebalsar un vaso que -hasta ahora- parece no tener límites de capacidad.

No estoy de acuerdo con muchas de las visiones de mis amigos y conocidos (debe ser porque hace rato que estoy perdiendo la capacidad de extremizarme), y pienso que la posibilidad REAL de que hay un movimiento social que permita tomar esto como un acto de "martirio" es nula: y es eso, precisamente, lo que impide que hechos tan graves como éste sean chispas que enciendan un barril de pólvora revolucionaria. Creo, más bien, que esto se prestará para la manipulación y abierto pretexto de sectores absolutamente desorganizados y carentes de capacidad, para hacer lo que se suele hacer con los idealistas que quedan en nuestro país: caos y violencia en nombre de algo que no se puede llamar anarquía ni revolución, sino simplemente eso: caos y violencia... sin ningún sentido ni dirección.

No nos engañemos: es claro que el sistema actual es tremendamente manipulador y tendiente a conducir como ovejas de un rebaño a toda una sociedad... pero tampoco debemos dejar de saber (AUNQUE NOS DUELA) que los sectores que pretenden "crear poder popular" o "hacer revolución conciente" u "organizar las reivindicaciones de los trabajadores" se han transformado hoy en nuevas estructuras manipuladoras... estructuras que atraen por sus objetivos a mentes (jóvenes e idealistas... oh!, que casualidad) que creen ayudar a crear un mundo mejor mientras pintan carteles o toman cerveza mientras repiten sus doctrinas como evangélicos, sin aprender (porque no se le enseña en ninguna parte) a mantener sus puntos de vista con bases o argumentos sólidos, coherentes, basados en teorías contemporáneas que expliquen la realidad de la sociedad del siglo XXI y que permitan NUEVAS TEORIAS QUE PERMITAN NUEVAS FORMAS DE TRANSFORMACION SOCIAL, distintas a las que ya fueron aplicadas alguna vez y que fracasaron estrepitosamente en la gran mayoría de los lugares en que se ejecutaron. Estas estructuras, aunque nos cueste reconocerlo, transforman a sus miembros o adherentes, tarde o temprano, en nuevos tipos de ovejas de un rebaño que es el de los que no deben pensar, bajo pena de parecer "aburguesados", "reaccionarios", o "locos sin credibilidad (cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia)" (esto me recuerda a un chino que mataba chinos en los años '60 por contrarrevolucionario si no pensabas como él, no sé por qué).

No podemos dejar de sentirnos, como sociedad, indignados y furiosos por los hechos que ocurrieron en la VIII región. Debemos pedir castigos efectivos a los responsables (materiales y a las autoridades correspondientes, por no decir que debemos EXIGIR la responsabilidad del Gobierno que le corresponde). Tampoco debemos creer que la solución pasará por este sistema político, represor e ineficiente, bueno para nada, salvo para pasar a llevar la dignidad de los desposeídos de los medios de producción. Pero creo que, para cambiar este sistema, debemos dejar de mirar hacia afuera y empezar a preocuparnos por hacer una REVOLUCION INTELIGENTE, que no se pregunte a cada instante si trabaja como lo dice este o este autor o doctrina, sino que ataque los problemas de fondo en base a programas concretos, eficaces y que aseguren los derechos básicos de las personas, todo esto basado en la REALIDAD de nuestra sociedad, y no en lo que CREEMOS que es esta realidad.

Insisto en un punto básico: desde el momento en que no creo en ningún sistema de organización de más de 2 individuos como eficiente o justo, debería declararme como ácrata o anarquista (de lo cual uno que otro conocido sonreirá al leer estas declaraciones), sin embargo, ya que no puedo pedirle a los otros 14.999.999 de compatriotas que piensen de la misma manera, deberé asumir que necesitamos una organización más perfectible que la que tenemos, por lo que propongo -ya que vamos a planear una revolución- reestructurar el pensamiento alternativo actual hasta encontrar NUESTRA PROPIA IDENTIDAD REVOLUCIONARIA CHILENA, transformando cosas como el sistema educacional, el acceso a cosas tan básicas como la salud y la vivienda, crear una planificación que no atropelle la libertad individual, pero que se funda con ella a través de incentivar la acción individual para beneficio social (nada de monjas de la caridad, sino de ciudadanos actuando por voluntad propia para beneficiar al conjunto social).

En fin... el resto es harina de otro costal, al preguntarnos cómo llevamos esto a la práctica. Por ahora, quede claro que, por omisión, hemos dejado morir a una persona en el sur por no buscar de forma seria, clara y eficaz un modelo alternativo, realmente competitivo con el sistema actual, sin fundarnos en elementos emotivos, históricos o personales.

He dicho.

(PS: Uff... como senador o diputado, me muero de hambre: todos dormirían en vez de coimearme)

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