Creer en lo absoluto (apunte para "la misa nueva")

-¿Qué... qué hago aquí...?. Dios, ya recuerdo...

- ¿recuerdas?. Oh, yo no haría eso. Recordar es peligroso,

frecuentemente eso nos lleva a lugares y experiencias

desagradables (...)"

Joker, Batman: la broma mortal

Así como recordar, creer se nos puede ir de las manos. Creer en algo es, por naturaleza, peligroso e instintivo. En ese intento, buscamos -consciente o inconscientemente, muletas que nos ayuden a tener una base de firmeza en esas aseveraciones, lo que no siempre se consigue.

¿Será por eso que la Fe es la virtud relacionada con la creencia más valorada por las religiones en el mundo?. La Fe, a diferencia de la simple creencia o la esperanza, no sólo carece de apoyo para su existencia y/o supervivencia, sino que además se niega a tenerlas. ¿Le importaría a los verdaderos cristianos el hecho de que haya un argumento irrebatible científicamente para concluir que María fue siempre virgen?, ¿o que Jesús resucitó efectivamente? ¿y qué me dicen del misterio dogmático de la transubstanciación, que postula que, en la última Cena, el vino del cáliz y el pan efectivamente se transformaron en cuerpo y sangre de Jesús?. Por supuesto que no será necesario, antes bien será superfluo e indiferente. La Fe hace siglos ha superado todo debate científico, porque la Fe es creer sin lugar a ninguna duda, sin dudas ni vacilaciones. Esa capacidad es privativa: sólo quienes son verdaderos integrantes de una religión pueden desarrollarla, y esa es la base del necesario aislamiento que implica crear una comunidad espiritual y vivir en medio de ella. Porque si creer es peligroso, tener Fe es 10 veces más peligroso. El individuo que tiene Fe y no tiene una comunidad que lo apoye, tiene 10 veces más posibilidades de dejar de tenerla.

Por eso, creer en lo Absoluto es admirable. Ya no es creer en Dios, ni en su verdad, ni en su mensaje, sino que supera ampliamente los límites de la esperanza, transformándose en verdadera Fe. Y de esos personajes no quedan sino un puñado. Pueden tenerla en la política, la religión, el amor, el trabajo... pero saben muy bien que lo que poseen trasciende a todo ello, porque su envidiable tesoro es capaz de llenar todos los rincones del conocimiento y la existencia humana