La unidad de los trabajadores es Invencible... y necesaria


 El presente texto habla sobre el paro de los funcionarios del Servicio de Registro Civil. Sin embargo, al contrario de la mayoría de los textos en internet sobre el tema, ofrece una defensa de la postura de ellos. Trataré brevemente de explicar algunos puntos y, desde ahí, revisar el papel que medios formales y no formales han desempeñado en dicho conflicto.

 1.- El Contexto.

 Con fecha 14 de agosto de 2014, el Gobierno de Michelle Bachelet, cuyo Ministro de Justicia era en esa ocasión José Antonio Gómez, accedió a firmar un protocolo de acuerdo con los funcionarios del Servicio de Registro Civil e Identificación (en adelante “el Registro”)[1]. Sin embargo, este protocolo no busca poner fin a discrepancias surgidas en 2014, sino en 2013, durante las movilizaciones realizadas en la administración de Sebastián Piñera, administración que llegó a un acuerdo y permitió que los funcionarios retomaran sus funciones el 26 de septiembre de dicho año[2]. El punto es que dichas movilizaciones de 2013, a su vez, no son manifestaciones producidas por hechos acontecidos en ese año, sino por compromisos incumplidos con fechas muy anteriores. En palabras de la Sra. Nelly Díaz, Presidenta de la Asociación Nacional De Empleados del Registro Civil e Identificación de Chile (ANERCICH), el conflicto tiene su origen en 2011, al señalar que:



“…Nosotros estamos desde el año 2011 conversando con las autoridades del Servicio y con las autoridades del Ministerio respecto de una mejora para algunos funcionarios. Se han mejorado 709 funcionarios de los 3.000, eso ha creado al interior del Servicio un descontento general. Este año el Director se comprometió y vamos a seguir en la misma senda, mejorando en forma paulatina a los funcionarios. Y este año, había un compromiso de mejorar a todos los oficiales civiles, a todos los profesionales y a todos los técnicos, que eran cerca de 700 personas este año, y hace 2-3 meses atrás el Director lo negó, cerró la mesa y dijo que no había más mejoras. Eso significa que más de 2.300 funcionarios del Servicio no pueden optar a ninguna mejora, pero sí los 700 (…) Nosotros desde el 2011 que estamos hablando con los diferentes Ministros de Justicia que ha habido, pero cuando la Ministra de Justicia nos dice que va a ser una mejora en forma paulatina nosotros aceptamos eso, pero cuando el Director cierra las puertas y dice “no hay más mejoras” es porque ya no hay más mejoras, o sea, ella nos dijo “en forma paulatina, pero vamos a llegar todos”, y de repente, cuando con lo paulatino llegamos a 700 lo cortaron y dijimos “ya… nos están engañando”[3].

 Es de hacer notar que el acuerdo que el Gobierno de Piñera  firmó para solucionar el conflicto que había estallado en 2013 (y que, recordemos, se arrastraba desde 2011) significaba la ejecución de las soluciones a partir del mes de enero de 2014, cosa que no ocurrió, por lo que las negociaciones de los funcionarios del Registro para el cumplimiento de lo prometido recién terminaron con el protocolo de agosto de 2014. Eso quiere decir que el terminar las movilizaciones casi no sirvió de nada, porque el acuerdo recién pudo hacerse efectivo 11 meses después del fin del paro y 8 desde el incumplimiento real de los acuerdos mencionados. Aquí es importante notar que el hecho de que los funcionarios no paralizaran ni en enero de 2014, teniendo todo el derecho para hacerlo por el incumplimiento de parte del Gobierno, ni en el período enero-agosto de dicho año para presionar el cumplimiento de lo prometido, refleja desde ya la disposición de los trabajadores al diálogo y las soluciones consensuadas, mientras que la dilación prolongada del Gobierno para ejecutar lo acordado refleja por el contrario, su disposición para negociar, pero no para ejecutar seriamente lo negociado.

  Hablamos entonces de un conflicto iniciado en 2011,  con acuerdos desconocidos por el Gobierno en 2013, solucionado en ese año, pero incumplido nuevamente en 2014, solucionado en ese año y aún no cumplido, a casi dos meses de iniciar 2016. En resumen: casi 5 años de dilaciones para mejorar las condiciones de 700 funcionarios a nivel nacional, un 0.77% de los trabajadores públicos chilenos, si sólo consideramos a los funcionarios de planta, porcentaje que se reduce a 0.41% si consideramos a los de planta y a los funcionarios a contrata[4]. Frente a esta realidad, los argumentos de los funcionarios para iniciar sus movilizaciones son francamente irrebatibles, y empatizar con ellos es casi una consecuencia lógica de lo anterior.
               
2.-  Más importante que el conflicto: las consecuencias.
               
  La nobleza de esta lucha, además puede verse en un dato que es tremendamente relevante: los trabajadores del Registro Civil luchan, además, por montos de los cuales nunca podrán disponer. En otras palabras, su lucha es gratis. Probaré este punto en base a un razonamiento simple y lógico:

  El protocolo firmado el 14 de agosto de 2014 estableció los siguientes beneficios para los trabajadores del Registro:
  
 1.- Mejoramiento en dos grados a funcionarios que cumplan con requisitos de antigüedad y que nunca hubieren accedido a mejores grados en los últimos 4 años
               
 2.- Mejoramiento en un grado a funcionarios que cumplan con requisitos de antigüedad y que hubiesen accedido a un beneficio de un grado con el acuerdo anterior, de 2013.
               
 Con todo, el beneficio ni siquiera es para todos los trabajadores, sino para aquellos que se encuentran entre los grados 20 y 22 del Servicio, pudiendo así alcanzarse hasta el grado 18 de la escala, según consta en el mismo convenio. Los que creen que la Presidenta de la Asociación va a recibir algún beneficio de esto se equivocan, ya que ella tiene grado 14, según informa la página del Servicio.
                
Y en este punto es donde está lo interesante: los aumentos de grado conllevan incrementos en las remuneraciones que, si calculamos, las incrementarían entre $127.709 y $162.787, según los datos de remuneraciones que el propio Gobierno establece en internet[5],  lo que haría parecer tal vez que son montos importantes, sin embargo debe hacerse notar que estos incrementos son respecto de las remuneraciones brutas, por lo que no deben ser comparadas en términos de dinero (ya que ningún trabajador chileno piensa en su remuneración en términos de remuneración bruta, sino líquida), sino de porcentajes de la remuneración total. En este sentido, los incrementos en las remuneraciones sólo implican aumentos en la remuneración bruta de entre 14.8% y 15.9% respectivamente, muy lejos del entre 19.57% y 20.64% que implica todos los meses los pagos de seguridad social de los trabajadores del país, los que corresponden a pagos de salud (7%), AFP (10%), comisión de AFP (calculada con el mínimo que es 0.47%, pero que podría llegar a ser de 1.54%), seguro de invalidez y sobrevivencia (1.15%) y seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales (0.95%)[6].

 En otras palabras: lo que los funcionarios están buscando ni siquiera es para ellos, sino para sus descuentos legales, de los cuales no van a ver un solo peso. Incluso, desde esta perspectiva, pienso que la mayor muestra de ingratitud en este conflicto con los funcionarios del Registro no va por parte del Gobierno, sino por las asociaciones de AFP e ISAPRE  las cuales, al llevarse entre el 17.47% y 18.54% de la remuneración bruta de los trabajadores afiliados, serían los beneficiarios finales si los trabajadores del Registro triunfaran y el protocolo se ejecutara.  

 Surge entonces la idea básica: si el aumento de la renta no se traduce en salario líquido, no suena entonces coherente que, después de casi 5 años de lucha la dejación del Gobierno se vea mínimamente compensada con una asignación extraordinaria para con los funcionarios que han tenido que llegar a estos niveles para hacerse escuchar?.

3.- La vergonzosa actuación del periodismo en el conflicto:

  Mi visión del periodismo es pesimista, pero más que por un prejuicio, por un hecho concreto: nada de la información relacionada con las demandas ni con las dificultades por las que han pasado los funcionarios del Registro establecidas en este texto pudo ser encontrada en fuentes periodísticas, por lo que se tuvo que recurrir a bases de datos y videos en internet. Por el contrario, la información destinada a hablar de las consecuencias del paro en los usuarios y la cobertura del Gobierno fueron materia de todas las búsquedas encontradas en internet sobre el tema[7]. Terminando de editar este texto me he dado cuenta de que en un par de horas, con una base de datos nivel usuario y sin conocimientos técnicos, he recopilado más información sobre el conflicto que el 98% de los artículos de prensa sobre el tema. Patético, por decir lo menos.
  
 El Código de Ética del Colegio de Periodistas de Chile, cuya última versión es del mes de abril de 2015[8], establece en forma clara en su introducción que:

El compromiso del periodista con la sociedad y su deber de entregar información verificable a la ciudadanía es irrenunciable y es su obligación impedir que bajo ninguna circunstancia, ya sea por presión editorial, publicitaria, política o económica, ésta sea alterada. La omisión, manipulación o el falseamiento de la información es una falta grave que atenta contra la esencia de la actividad de un o una periodista”.

  Por su parte, el  artículo tercero de dicho código establece que:

“El o la periodista no manipulará, bajo ninguna circunstancia, ni será cómplice de modificar, alterar u omitir dolosamente la información”.

  Estas indicaciones han sido abiertamente vulneradas, para decepción de todos. No es primera vez que la información de un conflicto entre trabajadores y jefes (públicos o privados) aparece sesgada, minimizada o derechamente omitida en los medios de comunicación. A estas alturas, con tantos ejemplos en tantas aristas, el hecho de que periódicos, áreas de prensa de televisión, programas de radio y medios digitales no describan ni informen adecuadamente el contexto de estas movilizaciones es más la regla general que la excepción, y deberíamos estar conscientes de ello, aunque sea tan sólo por razones de seguridad y logística social (qué triste es tener que declararlo así en una democracia, pero a ese punto hemos llegado).

 Con esto, hago una acusación directa a los periodistas chilenos de fallar a los principios que deberían regirlos. Sus actuaciones deberían darles vergüenza y deberían reaccionar para remediar el daño que han hecho a los trabajadores del Registro y, en general, a los trabajadores chilenos, con notables y casi heroicas excepciones[9]. El tema es este caso particular es especialmente preocupante porque acá la omisión ha sido transversal, al punto de que más bien pareciera una macabra colusión editorial entre todos los medios de comunicación que una coincidencia. Periódicos, noticiarios de televisión, programas de radio y medios digitales se han dedicado más que en cualquier otra ocasión a una sistemática misión de presentar hasta los más mínimos detalles de las consecuencias negativas de la movilización de los funcionarios del Registro, pero no de los años de permanentes perjuicios que se han ocasionado a los funcionarios del Registro en base a la enervante política pública del “este año no se atiende, el próximo sí”, ni menos aún sobre las causas de dicha movilización, las cuales circulan vagamente y casi como un rumor entre líneas como “un bono”[10] o “incentivos extraordinarios”[11], lo cual es en el mejor de los casos un grave error y en el peor de ellos, una abierta mentira. Como consecuencia, al omitir el contexto de la pugna entre los funcionarios y el Gobierno, se ha impuesto por omisión en la opinión pública la idea de que la responsabilidad del conflicto recae en dichos funcionarios, sin cubrir adecuadamente los reiterados y probados incumplimientos de los últimos Gobiernos, cuyo masivo incumplimiento desde al menos 2011 es realmente la causa remota del conflicto. Ni siquiera la excusa de estar bajo un mandato editorial es válida. Todos los periodistas hoy tienen a su disposición plataformas digitales, incluyendo redes sociales, que les permiten comunicar y opinar de lo que en el trabajo se les prohíbe. Lo suyo no es falta de medios, sino de voluntad de salir del discurso repetitivo y masticado de que los funcionarios son sólo niños ruidosos esperando que los tomen en cuenta.

4.-La réplica.

 Dejando fuera a los periodistas profesionales, gran parte de la desinformación sobre el conflicto radica también en quienes alzan su voz por las redes sociales. Sin embargo, en este sentido acá la responsabilidad se diluye, y no sólo porque no son profesionales, sino porque, generalmente, adolecen de algo importante, que es la fundamentación. Concuerdo, al ver estas opiniones pontificales, con Mao Tsé-Tung, quien en Citas del presidente Mao Tsé-Tung, más conocido como el Libro rojo de Mao establece sobre el tema:

“…Quien no ha investigado no tiene derecho a hablar. Aunque esta afirmación mía ha sido ridiculizada como empirismo estrecho, hasta la fecha no me arrepiento de haberla hecho; al contrario, sigo insistiendo en que sin haber investigado nadie puede pretender el derecho a hablar. Hay muchos que, apenas descienden de su carroza, comienzan a vociferar, a lanzar opiniones, criticando esto y censurando aquello; pero, de hecho, todos ellos fracasan sin excepción, porque sus comentarios o críticas, que no están fundamentados en una investigación minuciosa, no son más que cháchara…”[12]

 Recuerdo con esto una sucesión de columnas y artículos de opinión[13] [14] que no sólo dan cuenta del resultado de omitir el contexto, sino de la creación de una figura de abierto resentimiento a las movilizaciones de los funcionarios del Registro. Particularmente, recuerdo la columna de Francisco Méndez en el portal mqltv.com[15] denominada “La gran pataleta de Nelly Díaz”, como si esto no fuese más que un juego personal. Sin referencias, sin análisis de contexto, sin exponer la opinión de las partes y usando la afiliación política como sinónimo de obediencia ciega e idolátrica a dirigentes en la oscuridad, la pataleta más bien parece venir desde ese tipo de columnas y opiniones fútiles, carentes de la profundidad suficiente para abordar  años de promesas incumplidas e intransigencias, para dedicarse con una liviandad que llega a ser psicótica a menoscabar a la organización que desde hace años se mantiene firme frente a los incumplimientos, las omisiones de los medios y, por sobre todas las cosas, frente a la indiferencia de un pueblo que debería sentirse orgulloso y debería admirar a quienes, en un país donde el que no calla se va, se niegan a ser redondeados hacia abajo, ninguneados, acallados y exigen los que se les debe (no los que se les propone) luchando con la herramienta más poderosa: la unidad de los trabajadores.

  No quisiera dejar pasar tampoco la ocasión para replicar en forma crítica la labor del Gobierno. En primer lugar, su gestión inoperante e intransigente, ha provocado este conflicto. La impostura ya comentada de decir “lo hago a la buena onda” en vez de “lo hago porque es mi deber” es una manera indecente de ganar popularidad haciéndose pasar por víctima, siendo victimario. Por otra parte, el amenazar  con invocar la Ley de Seguridad del Estado, normativa que no permite más que hacer que el Gobierno sea querellante, sin otras consecuencias jurídicas de relevancia, no es más que una forma de amedrentar a quienes no conocen su contenido. Eso es, más que indecente, matonesco.

  Finalmente, sobre este punto hay que recalcar una impostura que subyace permanentemente en este conflicto: el discurso del Gobierno de Bachelet de estar haciendo un esfuerzo de buena fe al cumplir estos protocolos, discurso que puede verse reflejado tanto en el texto mismo del protocolo de 2014 “…quedaron temas pendientes, los cuales fueron planteados al actual Gobierno, quien de buena fe y con la única voluntad de colaborar en la solución total de las demandas(…) decidió acoger tales puntos…”) como en declaraciones de miembros de dicho Gobierno[16]. Esa impostura es una enorme y grosera forma de sanear su abierta irresponsabilidad, ya que es evidente que el Gobierno no cumple otro rol que ser representante y administrador del Estado, persona jurídica de Derecho Público diferente a dichos representantes, por lo que si unos administradores en 2013 suscriben en dicha calidad un convenio, los administradores de 2014-2018 no puede elegir si cumplirlo o no. No le están haciendo un favor a nadie, y deberían dejarlo en claro. Es obvio y evidente que si desconocen este principio con los funcionarios del Registro, pueden desconocerlo con los concesionarios de carreteras, empresas mineras y otros ejemplos donde dicho principio radica. Pretender, entonces, un esfuerzo y optar por cumplir los convenios prometidos no es más que una pobre representación teatral destinada a manipular a la opinión pública para generar una opinión destinada a pensar en una intransigencia desde los funcionarios del Registro, cosa que a la luz de estos antecedentes es evidente que no sucede.

 Quisiera terminar dejando en claro un punto: Se ha señalado que los funcionarios del Registro tienen remuneraciones altas[17], así como se dijo en su momento de los profesores[18]. Estos términos pasaron al debate público en medio de paralizaciones de servicios, en ambas ocasiones. En ambos casos, el Gobierno amenaza con descuentos y aplicación de la Ley de Seguridad del Estado (y no de “Seguridad Interior del Estado”, como suelen citarla), en vez de sentarse a dialogar. De la misma manera, la estrategia es centrar el debate en las consecuencias y no en las causas del conflicto, lo que representa una abierta deslealtad a la hora de presentarse como un actor de confianza. Quisiera explicar esto último con un ejemplo: si en su empresa se pide un aumento en las condiciones, la gerencia dice que sí, pero se demora 5 años en cumplir y ve que podría demorarse hasta 2 más (a pesar de haber convenios firmados), es claro que no será usted el culpable si se acoge al derecho de huelga con su sindicato. Si los medios y las redes sociales declararan que usted es un monstruo aprovechador y la gerencia lo amenazara con invocar la Ley de Seguridad del Estado (que no es más que poner una querella, no es más peligroso que eso), usted se enojaría y lo encontraría injusto. Como ciudadano, no sólo exijo respeto al Gobierno por la palabra empeñada, sino además exijo que no se nos desinforme más sobre este y, en general todos los conflictos laborales. Una democracia exige no sólo apego a la ley  sino, más importante aún, apego al honor y a la justicia. A lo que apunto es que la empatía es la base de la unidad, y –como los funcionarios del Registro nos dan cátedra diariamente- la unidad de los trabajadores es invencible.


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NOTAS


[3]  Extraído de entrevista titulada “Presidenta de los Trabajadores del Registro Civil explica las razones del paro”, de sindical.cl. Publicado con fecha 2 de septiembre de 2013. Video disponible en https://www.youtube.com/watch?v=F3PmqJgcu5Y

[4] Los datos para calcular esta proporción fueron tomados del artículo “Empleados públicos: Chile tiene Estado más chico de A. Latina, pero es de los más rígidos” en sección Economía y Negocios online de El Mercurio. Disponible en http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=46984

[5] Los montos y la escala de remuneraciones están disponibles en el sitio http://www.registrocivil.cl/2013/per_remuneraciones.html

[6] La información necesaria para realizar este cálculo fue extraída del sitio  http://www.previsionsocial.gob.cl/cotizacion-honorarios/pagina3.html

[7] Al realizar el presente texto, el motor de búsqueda www.google.cl ofreció a la búsqueda “paro registro civil 2015” sólo 4 resultados no tendenciosos contra las posturas de los funcionarios del Registro en las primeras 10 páginas de búsqueda.

[9] Ver, a modo de ejemplo el reportaje “La satanización del paro de los trabajadores del Registro Civil” en el periódico El Ciudadano de fecha 6 de septiembre de 2013. Disponible en http://www.elciudadano.cl/2013/09/06/81492/la-satanizacion-del-paro-de-los-trabajadores-del-registro-civil/

[12] Citas del Presidente Mao Tsé-Tung Capítulo XXIII “Investigación y Estudio”. Disponible en formato online en https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/libros/librorojo/citas-3.htm#s23

[16] Ver artículo “Chile: Gobierno insiste en que paro del Registro Civil es ilegal y llama a poner fin a la huelga”, disponible en http://www.entornointeligente.com/articulo/7201056/CHILE-Gobierno-insiste-en-que-paro-del-Registro-Civil-es-ilegal-y-llama-a-poner-fin-a-la-huelga-

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