A la Muerte
Un día moriremos y no seremos más importantes que el polvillo gris de los otoños que nuestras narices perciben como olor a estero. Un día iremos a dormir y no despertaremos, entonces nuestro sueños no habrán servido de mucho Ese sándwich y esa cerveza quedarán para siempre esperándonos en la vieja fuente de soda, donde una camarera sigue para siempre esperando tomar nuestra orden. Cuántos secretos morirán conmigo como muere la semilla en el fruto que se echa a hervir; cuántos paisajes, cuantas imágenes, cuántos desayunos con la persona que se ama. La noche cubrirá mis ojos y me envolverá el sopor que no perdona... y la Tierra seguirá girando mientras se borran mis recuerdos El agua de mis sesos alimentará la tierra y tomaré la forma de las piedras con mis huesos pero yo, ¿yo adónde iré a parar? ¿iré a otro lugares, tan lejos del cielo como de la tierra? o, simplemente, mi llama se apagará, tapada por el barro de agosto? ¿Cultivaré acaso las ciencias y las ar